Alaïs me coge del brazo y entramos en el restaurante. En seguida nos atiende un maître y nos lleva a un reservado con una mesa preparada para dos. Alaïs me retira la silla para que me siente. 'Todo un caballero', pienso. Él se sienta en frente de mí. No hablamos, simplemente nos miramos en silencio, aunque no es un silencio incómodo. Al cabo de un rato, llega el camarero para atendernos. Yo me pido un Peixe assado, una espercie de pescado asadoa la parrilla con vegetales, y un Nestea, y Alaïs se pide una chuleta de porco frita, que es carne de cerdo frita en aceite con vegetales, y una Coca-cola. Cuando el camarero se marcha con nuestro pedido, Alaïs rompe por fin el silencio que nos rodeaba.
-Bueno... ¿Qué te parece Miami?
Bueno, es una forma de empezar una conversación, pero no me esperaba que me preguntarse por mi destino de trabajo, la verdad.
-Mmm... Está bien. Por lo menos para mí, ya que me siento mucho más cómoda si estoy cerca de la naturaleza.
-¿En serio? No lo sabía...
-¿No? Se supone que los Creadores tenéis que estar informados de todo lo que rodea a los Buscadores, ¿no?
-Se supone. Pero últimamente no estoy haciendo muy bien mi trabajo.
-¿En serio? ¿Y a qué se debe eso? Si puede saberse, claro.
-No es por nada en particular. Simplemente, estoy un poco distraído.
Después de eso, Alaïs se queda mirándome fijamente. Ojalá supiera lo que pasa dentro de su cabeza en estos instantes. En seguida, llega el camarero con nuestro pedido. No hablamos mucho durante la cena, sólo unos pocos comentarios sobre la cena, el tiempo y poco más, pero me lo estoy pasando realmente bien. No quiero admitirlo, pero el simple echo de estar cenando con Alaïs, hace que me sienta la chica más feliz del mundo. Al acabar, Alaïs me pregunta si quiero ir a tomar una copa con él. Obviamente, le respondo que si. No va a pasar nada por una copa, ¿no? Pagamos la cena y nos dirigimos a un pub cercano. El ambiente es muy bueno y la música no para de sonar. Después de la segunda copa, decido salir a tomar un poco el aire y le pido a Alaïs que me acompañe. Justo al salir, algo me golpea fuertemente la cabeza y todo se vuelve negro.
Lo primero que veo al despertar son sus ojos. Esos increíbles ojos verdes que me vuelven loca y que tantos problemas me han causado. Sonrío al verlo a mi lado. No recuerdo nada de la última noche, ni siquiera como he llegado aquí. Sigo mirándole y me doy cuenta de que sus ojos brillan más de lo normal. Ha estado llorando.
-Buenos días, bella durmiente-solloza
-Buenos días, Alaïs.
-¿Qué tal estás?
-Pues...bien...-respondo dudosa
Intento incorporarme para descubrir dónde me encuentro, pero Alaïs vuelve a tumbarme delicadamente por los hombros.
-No, no te levantes. El médico ha dicho que debes guardar reposo.
¿Mé...médico? ¿Qué médico? ¿Dónde estoy?-pregunto nerviosa
-Shh... Náyade, tranquila. Tranquila.
Alaïs me abraza y me acuna un rato contra su pecho. Cuando consigo calmarme un poco, me susurra.
-Estás en un hospital. Acabas de despertar de un coma. Hace una semana que no te despiertas. ¿No recuerdas nada?
Cierro los ojos e intento recordar algo de hace una semana. Lo veo todo borroso, apenas recuerdo nada. Bueno, si, recuerdo haber ido a cenar con Alaïs a un restaurante de la costa de Miami. Recuerdo haberlo pasado estupendamente y haber ido después a un pub cercano. A partir de ahí, los recuerdos de esa noche se van haciendo cada vez más borrosos.
-La verdad, apenas recuerdo nada después de la segunda copa... Creo que acabé borracha.
-No. No ibas borracha. Sólo tomaste un par de copas, nada más. Lo que pasó fue que nos tendieron una trampa. Uno de los Creadores veteranos me vio entrar contigo en el pub. Al salir, te dieron un golpe en la cabeza creyendo que ta había capturado. Hubo una pelea justo antes de que llegara la ambulancia que te había pedido. Yo... pensé que... podías... morir...
No lo puedo creer, Alaïs ha peleado por mí contra su propio compañero. Ahora que me fijo mejor en él, tiene un labio roto y un pequeño moratón bajo el pómulo. Además, está llorando de nuevo.
-¿Alaïs? ¿Estás llorando?
-¿Eh? No, no. Tranquila. No pasa nada...
Intenta secarse las lágrimas disimuladamente pero, en el último momento, se le escapa un sollozo apenas audible. No ha sido capaz de ocultármelo durante mucho tiempo.
-Alaïs, no intentes ocultármelo. Sé que estás llorando pero... ¿por qué?
-¡¿Que por qué?!-grita desesperado-¡Porque has estado a punto de morir por mi culpa! Si te hubiese pasado algo malo yo... yo...
-Alaïs... por favor, no llores... no por mi... no deberías... Tú eres un Creador y yo una Buscadora... es imposible...
-¡Me da igual que sea posible o no! Estoy dispuesto a renunciar a cualquier cosa por ti, porque estoy enamorado de ti...
No sé que decir. La verdad, soy muy mala para estas cosas. No sé cómo expresar mis sentimientos, pero si sé cómo demostrarlos. Agarro a Alaïs por la camiseta y lo atraigo hacia mí.
-Yo también estoy enamorada de ti...
Y le beso. Es un beso lleno de pasión y de palabras silenciosas, palabras de amor nunca dichas. Mi boca recorre la suya durante unos minutos que se me hacen eternos. Cuando por fin nos separamos, estoy jadeando, y Alaïs ha dejado de llorar. Ahora, un leve rubor sonroja sus mejillas. Ninguno habla. Todo lo que deberíamos haber dicho iba reflejado en ese beso. Él acerca su mano y me acaricia con ternura la mejilla.
-No sé tú-me dice-, pero pienso que de aquí puede surgir algo hermoso y a la vez extraño.
-Tienes razón- Puede ser complicado. Pero no perdemos nada por intentarlo. ¿No crees?
-Si. Podemos intentarlo. Pero habrá que sellar el trato de algún modo- sonríe con picardía-, ¿no?
-¿Ah, sí? ¿Y cómo se supone que vamos a cerrar el trato?
-Mmm... ¿Qué te parece así?
Y vuelve a besarme. Creo que está claro: Trato sellado.