sábado, 28 de diciembre de 2013

CAPITULO 10

Nada más llegar al hotel, me meto en la ducha para pode aclarar mis ideas con tranquilidad. Lo primero es lo primero: debo guardar este secreto bajo siete llaves. Si Marc o Nimue llegan a descubrirme, puedo darme por despedida o, peor, por muerta. Espero que nadie lo averigüe, al menos de momento, hasta que sepamos qué hacer. Debo andarme con cuidado, aunque sólo hay dos Buscadores en Miami que saben de mi existencia, podrían reconocerme por mis ropas. Sé que debo proseguir con mi misión, pero no puedo llevar a Alaïs conmigo cuando vaya en busca de los Buscadores perdidos, podrían descubrirlo. Aunque, con un poco de maquillaje y un buen disfraz… No, no debo arriesgarme, quien sabe lo que le harían si lo descubrieran… Segundo: ¿Cómo he llegado a esto? Es decir, ¿qué hago arreglándome para quedar con un Creador? ¡Es el enemigo! Nunca se ha conocido ningún caso de una Buscadora y un Creador que se hagan aliados para un bien común, y mucho menos que salgan juntos, al menos que yo sepa. ¡Es una locura! Aunque, si es verdad que nunca ha sucedido, yo podría ser la primera en intentarlo, ¿no? Siempre hay una primera vez para todo.

Cierro el grifo con la sensación de que no estoy haciendo las cosas bien, pero que le vamos a hacer. Una vez me dijeron que la vida es un juego y el amor el premio. Y a mí me ha tocado ganar por una vez, no voy a desaprovecharlo. Salgo del baño y abro mi armario. He salido del hospital con el vestido que use la última vez, así que cruzo los dedos por poder encontrar otra cosa que ponerme. Echo un vistazo a mi armario y, por suerte, encuentro un vestido palabra de honor de satén rosa que es perfecto para esta noche. La verdad, no sé para que me traje esos vestidos de mi madre, supongo que para tenerla un poco más cerca en esto de las misiones, aunque al final les estoy dando uso. Me pongo el vestido junto con unas botas de cowboy marrones que me llegan casi a la altura de la rodilla. Me cepillo el pelo de forma que cae perfectamente liso por mi espalda. Miro el reloj: las 19:25. Faltan cinco minutos para que Alaïs venga a recogerme. Me da tiempo a ponerme algo de maquillaje para poder disimular la cara de muerta viviente que tengo después de haber pasado una semana en el hospital. Cuando acabo y me miro al espejo, me asombro con mi propio reflejo. No he quedado tan mal, creo que es la primera vez que me atrevo a decir que estoy guapa. Nunca he tenido una autoestima muy alta, así que esto es un paso importante. Antes de salir, rebusco entre las cosas de Nimue para ver si encuentro algún colgante bonito y la colonia que siempre usa y que a mí me encanta. Las 19:29. Falta un minuto. Alaïs me manda un WhatsApp en ese momento:

Náyade, te espero en la puerta del hotel. Tenemos reserva en un restaurante de la costa en media hora. No tardes mucho. Te quiero. Alaïs.

Lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a dejarme sin palabras. Como no sé qué responderle, sigo buscando entre las cosas de Nimue hasta que doy con el colgante que buscaba. Solo falta la colonia. Sigo buscando hasta que mis manos dan con algo puntiagudo. Lo saco con la curiosidad de saber qué es, aunque ahora desearía no haberlo hecho. Nada más sacar el objeto con el que me había pinchado, este se me cae al suelo. No pudo creer lo que ven mis ojos.


Esto no puede estar pasando…


miércoles, 7 de agosto de 2013

CAPÍTULO 9

Ha pasado una hora desde que Alaïs salió de la habitación. Justo después de separarnos, una enfermera entró para ver cómo estaba y tuvo que marcharse. Ha sido algo increíble. No estaba segura de lo que sentía Alaïs hacia mí, pero creo que ha quedado bastante claro. 'Si Nimue supiera esto... me decapita'. Un momento... ¡NIMUE! Alaïs ha dicho que he estado una semana en coma. Me giro nerviosa y encuentro mi móvil encima de la mesa al lado de mi cama. Lo alcanzo y veo que tengo más de 50 WhatsApp's de Nimue.

Náyade. ¿Dónde estás? Marc y yo estamos preocupadísimos por ti. Responde rápido, por favor. Nimue.

¡Náyade! Estas empezando a asustarme. Hace cuatro días que no sabemos nada de ti. ¿Dónde te metes? Nimue.

Le escribo un mensaje enseguida. Ha estado muy preocupada por mí, y Marc también, aunque es lo normal, ¿no? He estado desaparecida una semana.

Nimue, siento no haberte respondido en una semana. Mi madre se puso enferma y he tenido que volver a casa durante esta semana. Ahora mismo voy de regreso a Miami. Siento no haberos avisado, pero no quería desviaros de la misión. Espero que puedas perdonarme. Besos. Náyade.

Hecho. Ahora solo queda esperar la respuesta, que no tarda en llegar.

Nos has asustado muchísimo. Podrías haber avisado. Avisa cuando llegues y vamos a buscarte, ¿vale? Nimue.

Llegaré casi de madrugada, no hace falta. Cuando llegue voy derechita al hotel. Náyade.

Listo. Espero que hoy me den el alta y pueda salir cuanto antes de este dichosos hospital. En ese instante, la puerta se abre y aparece Alaïs con dos vasos de café.
-He hablado con los médicos y me han dicho que esta misma tarde te dan el alta. ¿Has avisado a Nimue?-me pregunta tendiéndome uno de los vasos.
-Si, acabo de hablar con ella.
-¿Qué le has dicho?
-Que mi madre estaba enferma.
-Vale. Estaba pensando... Sé que la última vez no salió muy bien pero... ¿quieres cenar esta noche?
-Claro.
-¿En serio? Genial.
Sonrío y él me devuelve la sonrisa. Nos pasamos el resto del día hablando y riendo hasta que, bien entrada la tarde, una enfermera llega para darme el alta.
-Ya puedes irte, preciosa. Está todo bien.
-Gracias-respondo
Alaïs sale del cuarto y yo le sigo. Cuando paso por la puerta, la enfermera me dice al oído:
-Has tenido suerte, guapa. Tu novio no se ha separado de ti en todo este tiempo. Espero que duréis mucho.
La miro dudosa y ella me sonríe. ¿Se ha creído que Alaïs y yo somos novios? Bueno, yo también lo creería después del beso de esta mañana.
Salimos del hospital. Son las 19:00. Nimue todavía no habrá llegado.
-Alaïs, ¿que tal si me recoges en media hora en el hotel? Quiero arreglarme un poco.
-Claro. Te veo en media hora.
Y me da un tierno beso en los labios. Sé que está mal pero... ¡Uf! Es imposible resistirse. No paro de darle vueltas al asunto de camino al hotel. Menos mal que nadie me ha visto. Si me llegan a ver Nimue o Marc... ¡Estoy muerta! Aunque eso no creo que pase, tengo que tener muchísimo cuidado. Llego al hotel y comienzo a arreglarme. Va a ser una noche entretenida.


lunes, 15 de julio de 2013

CAPÍTULO 8

Alaïs me coge del brazo y entramos en el restaurante. En seguida nos atiende un maître y nos lleva a un reservado con una mesa preparada para dos. Alaïs me retira la silla para que me siente. 'Todo un caballero', pienso. Él se sienta en frente de mí. No hablamos, simplemente nos miramos en silencio, aunque no es un silencio incómodo. Al cabo de un rato, llega el camarero para atendernos. Yo me pido un Peixe assado, una espercie de pescado asadoa la parrilla con vegetales, y un Nestea, y Alaïs se pide una chuleta de porco frita, que es carne de cerdo frita en aceite con vegetales, y una Coca-cola. Cuando el camarero se marcha con nuestro pedido, Alaïs rompe por fin el silencio que nos rodeaba.
-Bueno... ¿Qué te parece Miami?
Bueno, es una forma de empezar una conversación, pero no me esperaba que me preguntarse por mi destino de trabajo, la verdad.
-Mmm... Está bien. Por lo menos para mí, ya que me siento mucho más cómoda si estoy cerca de la naturaleza.
-¿En serio? No lo sabía...
-¿No? Se supone que los Creadores tenéis que estar informados de todo lo que rodea a los Buscadores, ¿no?
-Se supone. Pero últimamente no estoy haciendo muy bien mi trabajo.
-¿En serio? ¿Y a qué se debe eso? Si puede saberse, claro.
-No es por nada en particular. Simplemente, estoy un poco distraído.
Después de eso, Alaïs se queda mirándome fijamente. Ojalá supiera lo que pasa dentro de su cabeza en estos instantes. En seguida, llega el camarero con nuestro pedido. No hablamos mucho durante la cena, sólo unos pocos comentarios sobre la cena, el tiempo y poco más, pero me lo estoy pasando realmente bien. No quiero admitirlo, pero el simple echo de estar cenando con Alaïs, hace que me sienta la chica más feliz del mundo. Al acabar, Alaïs me pregunta si quiero ir a tomar una copa con él. Obviamente, le respondo que si. No va a pasar nada por una copa, ¿no? Pagamos la cena y nos dirigimos a un pub cercano. El ambiente es muy bueno y la música no para de sonar. Después de la segunda copa, decido salir a tomar un poco el aire y le pido a Alaïs que me acompañe. Justo al salir, algo me golpea fuertemente la cabeza y todo se vuelve negro.

Lo primero que veo al despertar son sus ojos. Esos increíbles ojos verdes que me vuelven loca y que tantos problemas me han causado. Sonrío al verlo a mi lado. No recuerdo nada de la última noche, ni siquiera como he llegado aquí. Sigo mirándole y me doy cuenta de que sus ojos brillan más de lo normal. Ha estado llorando.
-Buenos días, bella durmiente-solloza
-Buenos días, Alaïs.
-¿Qué tal estás?
-Pues...bien...-respondo dudosa
Intento incorporarme para descubrir dónde me encuentro, pero Alaïs vuelve a tumbarme delicadamente por los hombros.
-No, no te levantes. El médico ha dicho que debes guardar reposo.
¿Mé...médico? ¿Qué médico? ¿Dónde estoy?-pregunto nerviosa
-Shh... Náyade, tranquila. Tranquila.
Alaïs me abraza y me acuna un rato contra su pecho. Cuando consigo calmarme un poco, me susurra.
-Estás en un hospital. Acabas de despertar de un coma. Hace una semana que no te despiertas. ¿No recuerdas nada?
Cierro los ojos e intento recordar algo de hace una semana. Lo veo todo borroso, apenas recuerdo nada. Bueno, si, recuerdo haber ido a cenar con Alaïs a un restaurante de la costa de Miami. Recuerdo haberlo pasado estupendamente y haber ido después a un pub cercano. A partir de ahí, los recuerdos de esa noche se van haciendo cada vez más borrosos.
-La verdad, apenas recuerdo nada después de la segunda copa... Creo que acabé borracha.
-No. No ibas borracha. Sólo tomaste un par de copas, nada más. Lo que pasó fue que nos tendieron una trampa. Uno de los Creadores veteranos me vio entrar contigo en el pub. Al salir, te dieron un golpe en la cabeza creyendo que ta había capturado. Hubo una pelea justo antes de que llegara la ambulancia que te había pedido. Yo... pensé que... podías... morir...
No lo puedo creer, Alaïs ha peleado por mí contra su propio compañero. Ahora que me fijo mejor en él, tiene un labio roto y un pequeño moratón bajo el pómulo. Además, está llorando de nuevo.
-¿Alaïs? ¿Estás llorando?
-¿Eh? No, no. Tranquila. No pasa nada...
Intenta secarse las lágrimas disimuladamente pero, en el último momento, se le escapa un sollozo apenas audible. No ha sido capaz de ocultármelo durante mucho tiempo.
-Alaïs, no intentes ocultármelo. Sé que estás llorando pero... ¿por qué?
-¡¿Que por qué?!-grita desesperado-¡Porque has estado a punto de morir por mi culpa! Si te hubiese pasado algo malo yo... yo...
-Alaïs... por favor, no llores... no por mi... no deberías... Tú eres un Creador y yo una Buscadora... es imposible...
-¡Me da igual que sea posible o no! Estoy dispuesto a renunciar a cualquier cosa por ti, porque estoy enamorado de ti...
No sé que decir. La verdad, soy muy mala para estas cosas. No sé cómo expresar mis sentimientos, pero si sé cómo demostrarlos. Agarro a Alaïs por la camiseta y lo atraigo hacia mí.
-Yo también estoy enamorada de ti...
Y le beso. Es un beso lleno de pasión y de palabras silenciosas, palabras de amor nunca dichas. Mi boca recorre la suya durante unos minutos que se me hacen eternos. Cuando por fin nos separamos, estoy jadeando, y Alaïs ha dejado de llorar. Ahora, un leve rubor sonroja sus mejillas. Ninguno habla. Todo lo que deberíamos haber dicho iba reflejado en ese beso. Él acerca su mano y me acaricia con ternura la mejilla.
-No sé tú-me dice-, pero pienso que de aquí puede surgir algo hermoso y a la vez extraño.
-Tienes razón- Puede ser complicado. Pero no perdemos nada por intentarlo. ¿No crees?
-Si. Podemos intentarlo. Pero habrá que sellar el trato de algún modo- sonríe con picardía-, ¿no?
-¿Ah, sí? ¿Y cómo se supone que vamos a cerrar el trato?
-Mmm... ¿Qué te parece así?
Y vuelve a besarme. Creo que está claro: Trato sellado.


jueves, 27 de junio de 2013

CAPITULO 7

Me dirijo al hotel para comer algo y pensar. Me paso por la habitación para recoger los tickets del almuerzo y bajo. Antes, miro el reloj. Solo son las 16:00. Bajo a comer y mientras espero que me atiendan le mando un WhatsApp a Nimue:

No me esperéis esta noche. Me ha surgido algo y no puedo ir con vosotros. Llegaré tarde al hotel, así que no me esperes despierta. Besos. Náyade.

Al cabo del rato, me llega su respuesta:

De acuerdo. Espero que no sea nada malo. Se lo diré a Marc. Besitos. Nimue.

En ese momento, llega el camarero con mi comida: una ensalada César y un Nestea. Me lo como todo en menos de media hora. Cuando acabo, subo a mi habitación para dormir un poco y prepararme para esta noche. Si de verdad Alaïs quiere salir conmigo porque le gusto, tendré que ponerme guapa. Me tumbo en la cama y me quedo dormida en seguida.

Me despierto sobresaltada. No recuerdo qué he soñado, pero seguramente fuera una pesadilla. Miro el reloj. Son las 19:30. Como no empiece a arreglarme no voy a llegar. Me dirijo al baño. Tengo un aspecto horroroso. Parezco un zombie en busca de comida. Ya lo arreglaré. Me desnudo y me meto en la ducha. El agua fría me recorre el cuerpo, me relaja y se lleva por el desagüe el miedo y la tensión con la que me he despertado. Mi cabeza no para de darle vueltas a la cena de esta noche. ¿Y si Alaïs no está interesado en mi? ¿Y si de verdad es una estratagema para capturarme? O... ¿Y si me estaba diciendo la verdad? No sé cuál de mis pensamientos es peor. Salgo de la ducha y me seco el pelo con el secador. Vaya, parece que hoy se están comportando. Normalmente me parezco más a un león que a una persona cuando salgo de la ducha. Me termino de secar y salgo del baño. Bueno, llego el dilema... ¿qué me pongo? Rebusco en mi armario hasta que doy con un vestido negro con mangas de encaje y espalda al aire. Es ajustado y corto, pero no demasiado. Es perfecto. Me pongo el vestido y termino de rematar el conjunto con unos pendientes largos plateados, unas sandalias plateadas, un colgante de oro que me regalo mi madre, un reloj y un brazalete, también plateado. Me miro al espejo. Mi aspecto a mejorado bastante. Me maquillo un poco y me echo unas gotas de colonia. Miro el reloj. Las 20:45. ¡No! ¡Quedan quince minutos! Salgo corriendo del hotel y me dirijo al restaurante. Por suerte, llego allí a menos 5, pero no soy la primera en llegar. Alaïs ya está esperándome. Lleva puesto unos vaqueros oscuros y una camisa blanca que resalta mucho más su piel bronceada. De repente, levanta la mirada y se fija en mi. Sonríe y se dirige hacia mi.
-Hola-me dice, y me da dos besos en la mejilla.
-Hola.
-Estás preciosa.
Me sonrojo. Nunca me habían dicho algo así.
-Gracias-respondo en un susurro.
-¿Entramos ya?
-Claro.


martes, 25 de junio de 2013

CAPÍTULO 6

Salgo de la cafetería dándole vueltas a lo que pasó en el callejón. Resulta que Alaïs quiere de mí algo más que capturarme. O eso espero yo... Decido dejar a un lado la búsqueda y saco la tarjeta de Alaïs y el móvil del bolsillo. En vez de llamarle, decido mandarle un WhatsApp:

Nos vemos dentro de 15 minutos en el callejón de antes. Náyade.

Su respuesta no tarda en llegar a mi móvil:

De acuerdo, en quince minutos estaré allí. Alaïs.

Todavía no puedo creer lo que voy a hacer. ¡Acabo de quedar con un Creador! ¡Yo, que siempre he defendido la naturaleza y odio a los Creadores desde que era una cría! No puedo haber cambiado tanto en estos años que llevo en la organización... ¿o sí? Llego 5 minutos antes de la hora que teníamos acordada, pero Alaïs ya está allí.
-Hola-me saluda
-Hola
-¿Te apetece ahora el café?-me pregunta con una mirada traviesa
-No... Solo quiero hablar.
-De acuerdo. ¿De qué quieres hablar?
-¿Qué quieres de mí?
-¿A qué te refieres?
Creo que mi pregunta lo ha pillado desprevenido. Su expresión delata la duda que siente al no saber qué responder.
-Me has seguido por algún motivo, y tengo la certeza de que ese motivo va más allá de los propósitos de vuestra organización.
-Tienes razón. Te he seguido, sí, pero mis motivos no tienen nada que ver con la organización. Me dejaste pensativo después de tu afirmación de antes, y creo que tienes razón. Si destruimos el último lugar con vegetación, no quedará nadie vivo para contemplar el alzamiento de la tecnología.
No puede ser. ¿Un Creador acaba de decir que no le gusta su organización? ¿Que prefiere al enemigo?
-Pero no es ese mi único motivo-continua-. Desde la primera vez que te vi en el avión no he parado de pensar en ti. Eres una chica muy guapa y me sentí atraído desde el principio. Pero no he sabido que eras una Buscadora hasta ayer.
Vale, esto es mucho más fuerte que lo de antes. ¿Le gusto? Y, ¿qué siento yo por él? La verdad, es bastante guapo. Pero es un Creador, se supone que debo odiarlo, aunque... Vale, sí, me gusta. Mucho.
-Vaya... No me esperaba esto, la verdad. Creía que tus motivos eran otros. Pero eres un Creador, y yo una Buscadora. Se supone que debemos odiarnos. No está bien que sientas eso. Además, seguro que es solo una estratagema para capturarme...
-¿Por qué no me dejas invitarte hoy a cenar y te demuestro que voy en serio? Me gustas mucho, Náyade, dame una oportunidad.
¿Qué le digo? Sé que no debería pero... Estoy intrigada, qué le vamos a hacer...
-De acuerdo... A... ¿las nueve en el restaurante donde te vi ayer?
-Vale. Allí nos veremos.
Y, antes de irse, se acerca a mí y me da un tierno beso en la mejilla. Se vuelve, sonriendo, y desaparece por la entrada del callejón. ¿Qué acaba de pasar?


domingo, 23 de junio de 2013

CAPITULO 5

La alarma de mi reloj suena a las 6:15. Nos quedan casi dos horas para salir. Me levanto y me voy al baño, intentando no despertar a Nimue, que ha hecho caso omiso de mi alarma. Me miro al espejo y veo a una chica de 19 años, rubia y con un ojo violeta y otro verde. No soy nada del otro mundo, pero qué le vamos a hacer. Me aseo y me recojo el pelo en una coleta muy alta. Cuando salgo del baño, Nimue ya está levantada.
-Buenos días.
-Buenos días-respondo
-¿Crees que hoy conseguiremos encontrar a algún otro Buscador?
-¿La verdad? No lo sé. Creo que lo de ayer fue cuestión de suerte. Si hoy seguimos en esa racha, probablemente encontremos a alguien más. Pero, quién sabe.
-Tienes razón. Aunque no debemos tirar la toalla a la mínima de cambio, ¿no?
-Exacto.
Después de esta breve conversación, bajamos a desayunar. Todavía nos queda media hora antes de salir.
Terminamos de desayunar y salimos del hotel para continuar la misión. Nimue se dirige hacia la zona norte de la ciudad y yo hacia la zona este. Sabemos que Marc se ha ido por la zona sur, de forma que esa dirección quedaba descartada. Después de despedirme de Nimue, bajo a la playa y me dispongo a rastrear mi zona. Camino a lo largo de la playa durante dos horas sin resultado alguno. Justo en el instante en que decido parar un rato a beber algo, un leve escalofrío me recorre la espina dorsal. Muy despacio, me voy dando la vuelta hasta toparme con los brillantes ojos verde esmeralda del Creador que me siguió en el avión. No puedo creer que me haya encontrado. Pero, si me ha encontrado, eso quiere decir que los otros... 'No seas tonta' me reprende mi conciencia '.Primero ha venido a por ti, los otros seguro que están bien'. Salgo a correr y, en cuanto lo hago, el Creador me imita y sale detrás de mí. 'Oh, no' pienso. Salgo de la playa e intento dar con una calle segura para despistarle. Por desgracia, la primera calle que enfilo resulta ser un callejón sin salida.
-Mierda...
-Parece que no has tenido mucha suerte, ¿eh?
Me giro y veo al Creador en la entrada del callejón. Tiene una voz muy dulce para ser un Creador.
-¿Qué quieres de mí?
-Creo que es obvio, ¿no? Los Creadores y los Buscadores siempre han sido enemigos. Vosotros queréis que la tierra vuelva a florecer y a ser como era antaño. Nosotros queremos que la era de la tecnología alcance su máxima gloria. Y necesitamos deshacernos de vosotros para conseguirlos.
-Pero... ¿No lo entiendes? Si no cuidamos el último pedazo de tierra con vegetación, no importará que la era de la tecnología alcance el máximo esplendor. Todos moriremos antes de poder contemplar cómo nos hemos cargado el planeta. Todos. Incluido tú.
El Creador se queda pensando, y yo aprovecho para observarle con más detenimiento. En el avión me había parecido guapo, pero ahora que podía observarlo de cerca, me daba cuenta de lo poco que me había fijado en él. Tiene unos ojos verdes preciosos, que contrastan muy bien en su piel morena. Es algo más alto que yo, y la camiseta ajustada que lleva hace que se le resalten mucho los músculos.
-Me llamo Alaïs. Y tu eres Náyade, ¿me equivoco?
-No... ¿Cómo lo sabes?
-La organización de los Creadores está muy bien informada. ¿No eres muy joven para pertenecer a los Buscadores?
-Lo mismo podría decir yo de ti. Tengo 19 años, no soy tan joven.
-Yo tengo tu misma edad, así que estamos igualados.
Un momento, ¿qué hago hablando con un Creador? ¡Debería estar buscando a los Buscadores perdidos!
-Creo que debería irme-susurro
-Vaya, que pena. Yo que quería invitarte a un café... Otro día será.
Y desaparece. No puedo creer lo que acaba de pasar. El Creador, digo... Alaïs, me acaba de invitar a un café, con la promesa de volver a vernos. Mi cabeza es un hervidero de ideas, así que me dirijo a una cafetería cercana para descansar y poner en orden mis pensamientos. Entro y me pido un cola cao muy frío. Así podré aclararme. Cuando voy a pagar, descubro una tarjeta en el bolsillo de mi pantalón. En una esquina se puede leer el nombre de Alaïs, justo encima del símbolo de los Creadores. En la tarjeta también figuran su número de teléfono y su dirección de correo. La idea de que Alaïs pueda querer algo más de mi que quitarme del medio me desconcierta. Aunque parece que no tardaré mucho en descubrir qué se propone...


CAPITULO 4

Nos dirigimos de vuelta a la playa, esta vez acompañadas de Marc. Es un chico alto, moreno y musculoso. También es muy simpático, no ha dejado de sonreír y de hacer bromas en todo el rato para que nos relajemos. Cuando llegamos a la playa, Marc nos conduce hasta un gran promontorio de rocas. La vista desde lo alto es increíble, como todo en esta ciudad, que me impresiona más y más a cada minuto que pasa.
-Aquí podremos hablar tranquilos-dice Marc
Me mira, y sé que quiere que le cuente de qué conozco a ese Creador. Empiezo a contarles todo lo que ha pasado hasta ahora: Les hablo de cómo me encomendaron esta misión, de cómo me monté en el avión hacia aquí y noté esa mirada fría y calculadora en la espalda y supe al instante que me estaban siguiendo. No tardo más de media hora en contarle todo lo sucedido y mis pensamientos al respecto.
-Creo que debemos andarnos con más cuidado-concluyo-, que ese Creador sepa de nuestra existencia y nos haya seguido el rastro nos pone en un peligro inminente a los tres y a toda la misión que nos traemos entre manos.
Marc y Nimue me miran sin saber qué decir. Al cabo de un rato, el silencio se ve roto por Marc.
-En mi opinión, pienso que deberíamos ir cada uno por nuestro lado. Sé que os alojáis en el mismo hotel, en la misma habitación. Pero fuera del hotel quiero que vayáis cada una por su lado. Pienso que es una manera para despistarle, aunque seguimos estando en peligro, puede que incluso más que si fuésemos juntos. Pero pensad que, si nos atrapa y estamos los tres, ya no quedará nadie que siga adelante con la misión. Por eso debemos separarnos. ¿Qué me decís?
-Yo estoy contigo-respondo
-Y yo.

-Bien-prosigue Marc-. Este es el plan: Saldremos todos los días a las 08:00 de la mañana. Cada uno irá a un sitio distinto de la ciudad, pero sin alejarnos mucho de la línea de playa, ya que los Buscadores solemos movernos por aquí. A las 22:00 nos veremos de nuevo aquí para comentar lo que hemos descubierto. Si encontramos a otro Buscador, deberéis llevarlo con vosotras y luego traerlo hasta aquí para contarle lo que debe hacer. ¿Entendido?

-Entendido-respondemos Nimue y yo al unísono

Después de esto, Nimue y yo volvemos al hotel. Aunque no lo parezca, ha sido un día largo. Se nos ha hecho de noche hablando con Marc y trazando un plan. Cenamos y decidimos acostarnos. Mañana empieza la verdadera misión. Me duermo nada más tocar la almohada, pero las pesadillas me invaden al instante. Una intensa mirada verde esmeralda invade mis sueños.





jueves, 13 de junio de 2013

CAPITULO 3

Nos despertamos con las primeras luces del alba. El pequeño reloj de mi mesilla marcas las 6:16, así que decidimos prepararnos para la dura misión que nos espera. Nos vestimos con el equipo que nos ha preparado la organización: Un conjunto completamente negro. Shorts, sandalias, diadema... Todo es negro. La única nota de color es la placa de la organización y la camiseta, que es del color del mar en una puesta de sol. Cuando ya estamos arregladas, bajamos a desayunar. El bufet es simplemente increíble. Cojo un plato y me sirvo una tostada con mantequilla y mermelada de fresa, un zumo de naranja y un dulce de chocolate. Me siento y empiezo a desayunar. Está todo tan rico que me lo acabo en un tiempo récord. Repetiría, pero es hora de ponerse en marcha. Salimos del hotel y nos dirigimos a nuestro primer destino: La playa de Miami. Es increíble que nuestro jefe nos haya mandado a la playa. Nuestra misión es la siguiente: todos los soñadores perdidos tienen una identificación, y es un ojo de cada color. Sí, aunque sea poco creíble, todos los soñadores tenemos un ojo de cada color. Yo tengo uno violeta y el otro verde, y Nimue tiene uno azul y otro marrón. Otro de nuestros rasgos característicos son unos enormes ojos y una mecha plateada en el pelo. Sí, plateada. Hay veces que las mechas plateadas quedan bien, como en mi caso, ya que mi pelo rubio queda muy bien con el plateado de mi mecha. Pero otras... No sé a quién se le ocurrió esta idea. Pero que le vamos a hacer...
Comenzamos a andar por el paseo marítimo de Miami. Es una pena que no podamos bajar a pasar el rato en la playa. Andamos durante hora y media sin resultado alguno. Decidimos dejarlo y parar a comer, así que nos acercamos a un restaurante de la zona. Entramos y nos disponemos a pedir. En ese momento noto una mirada en mi espalda. "No puede ser", pienso. Me doy la vuelta muy lentamente, esperando que no me haya visto todavía, aunque no creo que tenga tanta suerte. Y, tal y como esperaba, me encuentro con la mirada verde brillante de aquel Creador al que creía haber dado esquinazo en el aeropuerto. Al parecer, no le ha resultado muy complicado volver a encontrarme. Me giro justamente cuando llega el camarero para tomarnos nota. Nimue pide primero. Se pide un plato de macarrones y una Coca-cola. Yo me pido una ensalada y un Nestea. Miro al camarero para darle las gracias y me doy cuenta de un pequeño detalle que me había pasado desapercibido. El camarero tiene una mecha plateada y un ojo marrón y el otro naranja.
-Soy Buscador, y moriré por mi causa-recito
El chico se me queda mirando. Me ha entendido, sabe que estamos de su parte.
-Moriré por mi causa-repite-. Veo que he dado con una pareja de Buscadoras. Me llamo Marc. Encantado.
-Yo soy Náyade, y ella es Nimue.
-Estamos buscando Buscadores para la organización.
-Ya veo. Debería de haberlo supuesto por vuestras ropas. ¿Qué os parece si os traigo la comida y hablamos más tranquilamente?
-No-digo, bajando la voz para que no me escuche el Creador-.Este no es un lugar seguro para hablar. Hay un Creador dos mesas por detrás nuestra. Deberíamos irnos.
-¿Nos siguen?-susurra Nimue-¿Cómo es posible?
-No lo sé, pero deberíamos marcharnos.
Mientras anulamos el pedido, Marc pide el resto del día libre con la excusa de que se encuentra algo mal. Salimos del restaurante y nos dirigimos al paseo marítimo. El Creador todavía estaba comiendo cuando nos hemos ido, así que tardará en dar con nosotros. Aunque, después de ver lo rápido que me ha encontrado, dudo mucho que tarde en dar con nosotros de nuevo, algo que nos pone a todos en peligro...


martes, 4 de junio de 2013

CAPITULO 2

Me tiro hacia detrás en el asiento del taxi justo cuando doblamos la esquina y pierdo de vista al chico. Suspiro. Todavía no puedo creer que me hayan seguido hasta Miami.
-¿Un mal vuelo?-me pregunta el taxista.
-No, simplemente estoy un poco cansada.
-Comprendo.
Es la única conversación que mantenemos en todo el trayecto. Se ve que el hombre se ha dado cuenta de que no tengo ganas de hablar con nadie en estos momentos.
Llegamos al hotel diez minutos después. Pago al taxista y me dirijo a recepción. El hotel es un gran edificio de lujo. Parece sacado de una película futurista. Y las habitaciones no se quedan por detrás. Es una  habitación grande, con una cama de matrimonio. Tres de las cuatro paredes están pulcramente pintadas de marrón, y la cuarta es un amplio ventanal con vistas a la costa de Miami. Es un buen sitio donde alojarse. Pero hay algo que no me encaja... La habitación es doble, pero solo la ocupo yo... ¿Por qué se ha molestado la organización en reservar una doble si solo hay un ocupante? ¿O es que...?
-¡Ah! Hola. Tu debes de ser Náyade. Yo soy Nimue, también trabajo para los Buscadores.
-Encantada-digo
Es una chica morena, con los ojos grises y una mirada que hipnotiza. Debe tener más o menos 18 años, al igual que yo. Tiene cara de ser una buena persona, así que creo que nos llevaremos bien.
-Bueno, por lo que veo, tenemos que dormir las dos en una cama, ¿no?-me dice- Tranquila, yo estoy acostumbrada a dormir en el sofá, no me importa si quieres quedarte tú con la cama.
-No, no. Para nada. Quédate tu con la cama. A mí no me importa dormir en el sofá.
-También podemos dormir las dos en la cama. No creo que pase nada, ¿no?
-Por mi no hay problema.
Y sonrío. Creo que es la primera vez que lo hago desde que me encomendaron ésta misión. Pero, al parecer, no voy a tener que afrontar esto yo sola. Ahora tengo una compañera. Y eso es mejor que nada. En ese momento, la pantalla del televisor se enciende y aparece un hombre alto, moreno y musculoso. Lo que más destaca en él son sus brillantes ojos naranjas. El jefe de los Buscadores.
-Hola, chicas. Veo que ya estáis instaladas. Vuestra primera misión en Miami tendrá lugar mañana a primera hora. Por el momento, podéis echar un vistazo al hotel o descansar. Pero os quiero mañana como una rosa. Buenas noches.
-Vaya, parece que las vacaciones no van a durar tanto como pensaba-dice Nimue tirándose en la cama-.Yo creo que me voy a dormir ya. Quiero estar descansada mañana. ¿Tú que vas a hacer?
-Supongo que me iré a dormir también.
-De acuerdo. Yo me cambio en el baño mientras tú lo hace aquí. ¿Te parece?
-Sin problema.
Acabamos de cambiarnos y nos acostamos. Al poco rato ya estamos dormidas. Mañana va a ser un día muy duro...


jueves, 30 de mayo de 2013

CAPITULO 1

Estamos en el año 3046. La era de la tecnología está en pleno apogeo. Nos hemos cargado el planeta de tal forma que hasta el más recóndito lugar de vegetación ha desaparecido. Solo unos pocos seguimos buscando ese último lugar para soñar. Ese único sitio que no ha sido invadido por el hombre... Todavía... Sabemos que está ahí fuera, lo percibimos, pero necesitamos saber su ubicación exacta. La organización de los Buscadores de Sueños fue creada para eso. Para que pudiéramos encontrar a todos aquellos soñadores perdidos y localizar así nuestro paraíso privado. Pero no todo es tan fácil ni tan sencillo. Otra organización, Creadores de Pesadillas, va tras nuestros pasos. Su objetivo es encontrar ese último lugar de vegetación antes que nosotros, para así poder seguir construyendo edificios y acabar por completo con nuestro planeta. Sé que es una misión complicada, una misión que bien podría llevarme a una muerte segura. Pero estoy dispuesta a morir por la causa...
Está todo preparado para partir. Mi primer destino es Miami. "Un buen lugar para ocultarse de los Creadores", pienso. Todos los Buscadores preferimos ciudades costeras para vivir, ya que los océanos todavía siguen intactos. Todavía recuerdo mi último hogar. Estaba situado en una pequeña aldea costera de Nueva Orleans, a primera línea de playa. Me sentía bien allí. El aire seguía siendo puro en aquella costa, a diferencia del aire del interior. Dejo aparte mis ensoñaciones al darme cuenta de que mi vuelo sale en una hora. Debo darme prisa si no quiero perderlo.
Cuando llego al aeropuerto, todavía faltan veinte minutos para despegar. Facturo y me dirijo a la puerta de embarque número 9. Es una suerte que la organización me pague todo el viaje, alojamiento incluido. Me dirijo a mi asiento, y es entonces cuando noto el peligro. Un leve escalofrío me recorre la espalda, avisándome de que alguien me observa. Los cabellos rubios se me pegan al cuello por culpa del sudor frío que comienza a deslizarse por mi nuca. Me giro en mi asiento y, efectivamente, ahí está. Tres filas por detrás de la mía, se encuentra el chico más guapo que he visto nunca. Y me está mirando fijamente. Vuelvo a girarme justo cuando me doy cuenta de que en el pecho de la oscura chaqueta negra, lleva el símbolo de los Creadores. "Me siguen", es lo único que puedo pensar en ese momento. Por suerte, despegamos dos segundos después. Me paso la mayor parte del viaje tensa por la presión pero, no sé cuándo, al final me quedo dormida. Lo único que veo en mis sueños es a ese chico. Moreno, alto, con unos ojos verdes que resaltan en su piel morena. No podrá tener más de 19 años.
Me despierto unos minutos antes del aterrizaje. La sensación de peligro no ha desaparecido todavía, ni creo que lo haga. En cuanto el avión aterriza, bajo de él apresuradamente y rezo para que el chico de negro no me siga. No tengo tanta suerte.  Salgo corriendo, cojo mi maleta, y me subo en el primer taxi libre que veo. Por suerte, era el único taxi que había. Me giro y veo al chico parado en la acera. Le va a costar mucho volver a encontrar mi rastro.


INTRODUCCIÓN

¿Nunca habéis tenido la sensación de no encajar en ningún lugar? ¿La sensación de, hicierais lo que hicieras, nadie os entendía? ¿Nunca habéis soñado con un lugar donde perderos? Yo sí. Montones de veces. Millones de veces. Y espero no ser la única. Muchas veces necesito un sitio donde pensar, donde liberarme o donde, simplemente, pueda ser yo misma. Un sitio donde lo único que existe somos mis pensamientos, mis ideas, mis sueños... y yo. Muchas veces he soñado con un lugar así. Pero todavía sigo buscándolo. ¿Dónde puede estar? ¿Dónde puedo encontrar mi lugar? Creo estar cerca de la respuesta, pero necesito ayuda. No puedo hacerlo yo sola. Necesito encontrar a otros como yo. Otros soñadores buscando su sitio en el mundo.
Mi misión es econtrarles. Encontrar a muchos otros soñadores perdidos. A muchos otros que han perdido el rumbo y no saben cómo volver a su camino. A muchos otros que buscan un lugar para soñar...