La alarma de mi reloj suena a las 6:15. Nos quedan casi dos horas para salir. Me levanto y me voy al baño, intentando no despertar a Nimue, que ha hecho caso omiso de mi alarma. Me miro al espejo y veo a una chica de 19 años, rubia y con un ojo violeta y otro verde. No soy nada del otro mundo, pero qué le vamos a hacer. Me aseo y me recojo el pelo en una coleta muy alta. Cuando salgo del baño, Nimue ya está levantada.
-Buenos días.
-Buenos días-respondo
-¿Crees que hoy conseguiremos encontrar a algún otro Buscador?
-¿La verdad? No lo sé. Creo que lo de ayer fue cuestión de suerte. Si hoy seguimos en esa racha, probablemente encontremos a alguien más. Pero, quién sabe.
-Tienes razón. Aunque no debemos tirar la toalla a la mínima de cambio, ¿no?
-Exacto.
Después de esta breve conversación, bajamos a desayunar. Todavía nos queda media hora antes de salir.
Terminamos de desayunar y salimos del hotel para continuar la misión. Nimue se dirige hacia la zona norte de la ciudad y yo hacia la zona este. Sabemos que Marc se ha ido por la zona sur, de forma que esa dirección quedaba descartada. Después de despedirme de Nimue, bajo a la playa y me dispongo a rastrear mi zona. Camino a lo largo de la playa durante dos horas sin resultado alguno. Justo en el instante en que decido parar un rato a beber algo, un leve escalofrío me recorre la espina dorsal. Muy despacio, me voy dando la vuelta hasta toparme con los brillantes ojos verde esmeralda del Creador que me siguió en el avión. No puedo creer que me haya encontrado. Pero, si me ha encontrado, eso quiere decir que los otros... 'No seas tonta' me reprende mi conciencia '.Primero ha venido a por ti, los otros seguro que están bien'. Salgo a correr y, en cuanto lo hago, el Creador me imita y sale detrás de mí. 'Oh, no' pienso. Salgo de la playa e intento dar con una calle segura para despistarle. Por desgracia, la primera calle que enfilo resulta ser un callejón sin salida.
-Mierda...
-Parece que no has tenido mucha suerte, ¿eh?
Me giro y veo al Creador en la entrada del callejón. Tiene una voz muy dulce para ser un Creador.
-¿Qué quieres de mí?
-Creo que es obvio, ¿no? Los Creadores y los Buscadores siempre han sido enemigos. Vosotros queréis que la tierra vuelva a florecer y a ser como era antaño. Nosotros queremos que la era de la tecnología alcance su máxima gloria. Y necesitamos deshacernos de vosotros para conseguirlos.
-Pero... ¿No lo entiendes? Si no cuidamos el último pedazo de tierra con vegetación, no importará que la era de la tecnología alcance el máximo esplendor. Todos moriremos antes de poder contemplar cómo nos hemos cargado el planeta. Todos. Incluido tú.
El Creador se queda pensando, y yo aprovecho para observarle con más detenimiento. En el avión me había parecido guapo, pero ahora que podía observarlo de cerca, me daba cuenta de lo poco que me había fijado en él. Tiene unos ojos verdes preciosos, que contrastan muy bien en su piel morena. Es algo más alto que yo, y la camiseta ajustada que lleva hace que se le resalten mucho los músculos.
-Me llamo Alaïs. Y tu eres Náyade, ¿me equivoco?
-No... ¿Cómo lo sabes?
-La organización de los Creadores está muy bien informada. ¿No eres muy joven para pertenecer a los Buscadores?
-Lo mismo podría decir yo de ti. Tengo 19 años, no soy tan joven.
-Yo tengo tu misma edad, así que estamos igualados.
Un momento, ¿qué hago hablando con un Creador? ¡Debería estar buscando a los Buscadores perdidos!
-Creo que debería irme-susurro
-Vaya, que pena. Yo que quería invitarte a un café... Otro día será.
Y desaparece. No puedo creer lo que acaba de pasar. El Creador, digo... Alaïs, me acaba de invitar a un café, con la promesa de volver a vernos. Mi cabeza es un hervidero de ideas, así que me dirijo a una cafetería cercana para descansar y poner en orden mis pensamientos. Entro y me pido un cola cao muy frío. Así podré aclararme. Cuando voy a pagar, descubro una tarjeta en el bolsillo de mi pantalón. En una esquina se puede leer el nombre de Alaïs, justo encima del símbolo de los Creadores. En la tarjeta también figuran su número de teléfono y su dirección de correo. La idea de que Alaïs pueda querer algo más de mi que quitarme del medio me desconcierta. Aunque parece que no tardaré mucho en descubrir qué se propone...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lo primero, gracias por comentar. Me ayudan mucho vuestros comentarios, porque me animan a seguir escribiendo esta historia y otras muchas. ^^
Me interesa mucho vuestra opinión, ¡pero solo criticas constructivas!
¡Besitos! ^^